viernes, 2 de diciembre de 2011

Palacio Policial (D-2)

El paso por las Comisarías era parte de la ruta que
siguieron en numerosas oportunidades los detenidos-desaparecidos, la
mayoría de los cuales fueron posteriormente
«legalizados» en la Jefatura de Policía o en la
Penitenciaría de Mendoza.



En esta ruta se encontraba también el Palacio Policial, con
su tristemente célebre Departamento Dos.



«El 14 de mayo de 1976, a la 1 y 30 de la
madrugada, me detuvieron en mi domicilio. Maniatado y vendados los
ojos me trasladaron al D-2. En horas cercanas al mediodía me
llevaron al subsuelo de dicho edificio, a una habitación que
tenía en su interior un banco de madera. Allí me
desnudaron y ataron al banco, y con aplicación de picana
eléctrica me interrogaron por espacio de dos horas.
Permanecí en la condición de desaparecido hasta el 31
de mayo, fecha en que por una autorización del Comando de la
VIII Brigada de Infantería mi familia se enteró de mi
condición» (Raúl Aquaviva, Legajo N° 6842)



 



«Fui detenida el 9 de febrero de 1976 en mi
domicilio, junto con un compañero del gremio donde yo era
delegada y con mi pequeño hijo de 4 años. Para entrar
derribaron la puerta. Fuimos brutalmente golpeados, luego nos
maniataron y vendaron los ojos. Nos llevaron con mi hijo a un lugar
que no reconocí inmediatamente. Ahí me sacaron al
niño en un escena espantosa porque los dos gritábamos
que no nos separen, y él pedía que no maten a su madre.
En ese lugar permanecí durante 18 días más o
menos. Sufrí toda clase de torturas, desde la amenaza
constante de que ultimarían a mi hijo, hasta todo tipo de
violaciones individuales, entre varios a mí sola, o entre
varios a las tres mujeres que estábamos. El lugar era muy
chico y sentíamos a todos hablar, quejarse y llorar. Me
practicaron golpes de puño, con cadenas y aplicaciones de
picana eléctrica en las zonas más delicadas.
Quedé extenuada y rotosa, a tal punto que cuando me llevaron
ante el Juez me dieron el vestido de otra mujer para que fuera
más "decente". Cabe agregar que reconocí posteriormente
el lugar de detención de esos 18 días: era el D-2. Yo
estaba en una celda al lado de la entrada de los guardias.
Había un largo pasillo que terminaba en baños, donde
nos hacían bañar desnudas a las mujeres todas juntas
con agua fría, vendados los ojos y con los guardias festejando
el hecho. En el otro extremo había una celda más grande
que el resto, en donde hacían las torturas de conjunto,
pirámides humanas por ejemplo. En una de ellas quedó
abajo de todos Miguel Angel Gil, y salió tan deteriorado que
no se pudo recuperar, muriendo días más tarde. El Juez
que me atendió fue el Dr. Carrizo, en la Jefatura de
Policía. Previamente había sido amenazada: "si
abrís el pico tu hijo lo pagará", y me mostraron una
campera suya. El Juez tuvo una actitud totalmente pasiva, aunque yo
estaba absolutamente deteriorada. Me tenían que llévar
entre dos guartias para poder caminar y tenía la cara
desfigurada (en la Cárcel, gracias a la Cruz Roja )
Internacional, fui operada de la nariz, que me habían
fracturado en aquel momento). El Juez Guzzo parece que tomó
partido por los métodos empleados, pues pese a lo que le
relaté, me condenó. Alguna vez esos jueces
deberán explicar por qué tomaban declaración a
seres absolutamente desquiciados y en dependencias policiales»
(Susana O., Legajo N° 6891).



 



«Fui secuestrado el 9 de febrero de 1976.
Inmediatamente me trasladaron al Palacio Policial, lugar que
reconocí por haber participado en el proyecto y en la
inspección de dicho edificio. Durante el tiempo que estuve
detenido, fui golpeado constantemente, me sometieron a picana
eléctrica por espacio de cinco o seis horas seguidas, y en una
oportunidad me arrojaron agua hervida. Recuerdo haber visto por la
mirilla de la celda a Estela F. que era una chica cordobesa. Pude ver
que estaba con la cara muy lastimada. Vi cómo se la llevaban
varias veces para violarla. Después de violarla más de
veinte veces, le colocaron un palo en la vagina. Hoy está
desaparecida ... Estela F. y Silvia 0. se hallaban embarazadas cuando
la detuvieron; como consecuencia de las torturas y de las reiteradas
vioiaciones, perdió su niño... Otro de los detenidos
muy torturado fue Marcos Ibañez, quien murió en el
Penal de La Plata un año después.... Olga Z.
había sido secuestrada en un hospital,donde le habían
extraído el útero. En el D-2, alguien que se dijo
médico, le sacó los puntos. Después de esto fue
violada... En la última oportunidad que me picanearon, me
desperté mientras me daban golpes en el pecho. El
médico me informó que había muerto y me
habían revivido. Después de esto no volvieron a
torturarme. Más tarde me quitaron las vendas de los ojos
frente al Juez Carrizo». (Fernando Rule Castro, Legajo N°
6827).

0 comentarios:

Publicar un comentario